
02 Feb Esos Locos Cacharros
Bolas chinas, conos vaginales, vibradores, masajeadores íntimos…da igual como los llamemos todos sabemos que nos referimos a los juguetes sexuales. Podemos encontrarlos de todas las formas, tamaños, colores, materiales…y ya no sólo se venden en los “sex shop” sino también en las farmacias. Su estética ha sido adaptada a los nuevos lugares de venta y a la demanda por parte de mujeres modernas e inquietas que desean tener una vida más saludable y plena.
Así mismo, como conocedores de la anatomía femenina, los ginecólogos también recomiendan a sus pacientes el uso de estos dispositivos o juguetes sexuales.
¿Pero realmente sabemos cómo usarlos, cómo recomendarlos y en qué casos? ¿Podríamos considerarlos herramientas para la reeducación del suelo pélvico?
En este punto deberíamos marcar ciertas pautas.
Como ya hemos comentado en otras ocasiones, siempre que haya patología se debe recomendar que la paciente acuda al especialista que podrá pautar el tratamiento más adecuado después de una valoración. Pero si hablamos de prevención tal vez sea más recomendable el uso de un vibrador que de una bola china.
El masaje realizado con un vibrador tiene los efectos positivos del orgasmo: la mejora de la lubricación vaginal; la estimulación de la musculatura lisa de la vagina responsable del cierre vaginal (lo que aumenta las sensaciones durante la penetración); la contracción de la musculatura lisa y estriada durante el orgasmo que mejora el trofismo de los tejidos; y además la liberación de oxitocina que como todos sabemos tiene importantes efectos positivos en el organismo. Todo esto se traducirá en una mejor calidad del suelo pélvico.
En lo que a las bolas chinas se refiere debemos saber que, si las usamos como ayuda para la reeducación, sólo se emplea una . Por esta razón algunos laboratorios nos ofrecen dispositivos vaginales que pueden variar su peso y que se usan de uno en uno. Su modo de empleo debe ser meticuloso y tener en cuenta las siguientes recomendaciones.
Para empezar no se deben usar sin una valoración previa en la que se compruebe que esa musculatura que debe soportar la bola no esté demasiado debilitada y vaya a empeorar con su uso, o que el grado de abertura vaginal sea tan grande que la mujer no sea capaz de sujetar la bola y esto le genere gran frustración.
Pero cómo usarlas…se oyen muchas cosas…pocas tienen que ver con la fisiología y la histología del suelo pélvico…
No se deben usar pidiendo que la mujer cierre la vagina. Ésto no tiene sentido si sabemos que la mayor parte de las fibras de los músculos del suelo pélvico son posturales. Las fibras musculares posturales o tónicas se caracterizan por ser fibras lentas que se fatigan poco. Su función principal es la de mantener o dar estabilidad, sujeción y soporte de otras estructuras durante la bipedestación garantizando una correcta contención visceral. El cierre de los esfínteres durante ciertos momentos como la tos o el estornudo son actividades musculares relacionadas con fibras rápidas, mucho más fatigables y en número mucho menor que las anteriores.
Su uso correcto de estos juguetes sexuales empieza por una correcta colocación. Se introduce la bola (sin demasiado lubricante para que no se resbale) y se tira del cordón para asegurarnos que ha quedado bien colocada, ni muy dentro ni muy fuera. A continuación se le recomienda a la mujer que esté aproximadamente cinco minutos con la bola puesta mientras anda o realiza cualquier actividad en bipedestación. Si durante este tiempo la bola no se ha salido espontáneamente la mujer podría tolerar aplicaciones más largas. El máximo que se recomienda al día es de 20 minutos pero si la bola se cae será necesario acortar los tiempos con la idea de no fatigar demasiado el músculo.
Las estadísticas con respecto al uso de las bolas chinas no son, a día de hoy, muy claras y menos si no son utilizadas y pautadas por un experto.
Por otra parte, ciertos estudios dicen que sí que aumentan la fuerza de los músculos del suelo pélvico y otros añaden como efecto beneficioso de las bolas chinas la mejora de la lubricación de las paredes vaginales.
En definitiva, todas estas cuestiones que hemos planteado, se relacionan con la búsqueda creciente de una mejor calidad de vida “perineal” …
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