Disfunciones Sexuales en la Mujer

Mujer disfunciones sexuales

¿Qué son las disfunciones Sexuales en la Mujer?

Las disfunciones sexuales son alteraciones de cualquiera de las tres fases del proceso de la respuesta sexual, que son: el deseo, la excitación y el orgasmo.

 

Cualquiera de ellas puede estar afectada y entre sus causas podemos encontrar: patologías o enfermedades del sistema nervioso,

  • Ciertas intervenciones quirúrgicas como la histerectomía radical por cáncer de cuello uterino,
  • Tratamientos farmacológicos (antidepresivos),
  • Tratamientos médicos (radioterapia pélvica),
  • Síndromes dolorosos (síndrome del dolor miofascial del suelo pélvico),
  • Cicatrices perineales después del parto
  • Incluso por factores psicológicos pasados o presentes que puedan haber influido en el desarrollo psicosexual, etc.

 

Además, el propio dolor puede ser el causante de disfunciones sexuales.

 

La prevalencia de las disfunciones sexuales en la mujer es de más del 40 % en la población en general y los problemas de deseo son los más frecuentes.

 

Por desgracia, la fisioterapia no es la solución para las disfunciones sexuales en la mujer, pero ayuda de manera muy importante especialmente en las disfunciones como la dispareunia de origen cicatricial o postparto y en el vaginismo.

¿Qué es el Vaginismo?

El vaginismo es la dificultad para realizar el coito, debido a la contracción involuntaria de los músculos del tercio inferior de la vagina. O también se puede definir como la aparición persistente o recurrente de espasmos involuntarios de la musculatura del tercio externo de la vagina frente a la introducción del pene, los dedos o el espéculo.

 

El síntoma principal del vaginismo es el dolor al momento de la penetración, la cual se vuelve imposible.

 

Es la definición técnica de un problema que sufren muchas mujeres y que limita su vida sexual.

 

Algunas mujeres empiezan a notar que pasa algo cuando van al ginecólogo o cuando quieren ponerse un tampón y no lo consiguen. Aunque eso no implica que todas las mujeres que tienen dificultad en ponerse un tampón higiénico vayan a tener problemas en sus relaciones sexuales. Pero puede ser una llamada de atención, especialmente si esa dificultad, produce angustia, miedo e incluso somatizaciones como mareos y desmayos.

 

Así como de otros problemas sexuales se habla más abiertamente, el vaginismo parece la disfunción oculta. Las mujeres y las parejas que la sufren experimentan tal sensación de incomodidad que no suelen comentar.

 

Aunque hay que dejar claro que aquellas mujeres que sufren de vaginismo pueden gozar de los juegos sexuales, y alcanzar el orgasmo ya que esta disfunción no está relacionada con la respuesta sexual; la disfunción sólo se refiere a la penetración.

 

Tratamiento conservador

 

Aunque el tratamiento no es complejo, requiere compromiso y confianza de la paciente con el equipo de trabajo. Generalmente se trata por el ginecólogo o el sexólogo, pero lo ideal es que este equipo multidisciplinar esté además integrado por un fisioterapeuta.

 

La fisioterapia del suelo pélvico puede solucionar el problema con relativa facilidad. Se trata de un abordaje poco conocido y sin embargo muy eficaz, que consiste en tratar la disfunción casi como si se tratara de una contractura muscular basándose en la disminución progresiva del espasmo y desensibilización de la musculatura del introito vaginal con la ayuda de técnicas manuales o instrumentales.

¿Qué es la dispareunia?

Es un dolor persistente o recurrente durante los intentos o la realización de la penetración vaginal. Este dolor es descrito por las mujeres que lo sufren como una sensación de quemazón, corte o irritación. Pueden sentirlo en la entrada de la vagina o en el fondo en el útero.

 

La diferencia entre vaginismo y dispareunia es que las mujeres con vaginismo no pueden tener relaciones sexuales con penetración y las mujeres que sufren dispareunia sí que pueden pero con dolor. En ocasiones la dispareunia prolongada en el tiempo puede dar lugar a un vaginismo secundario.

 

Las causas de la dispareunia son múltiples y pueden ser psicológicas u orgánicas. Las causas orgánicas más frecuentes son: infecciones vulvo-vaginales, inflamaciones, quistes, menopausia, endometriosis, etc. Pero el caso en el que más éxito tiene la fisioterapia es en el caso de las cicatrices postparto ya sean de episiotomía, desgarro o cesárea.

 

Tratamiento conservador

 

Si existe causa psicológica u orgánica es conveniente, en primer lugar, acudir al especialista que corresponda para resolver el problema.

 

Si la causa de la dispareunia es cicatricial el tratamiento lo realiza el fisioterapeuta y consistirá básicamente en el trabajo de la cicatriz para mejorar su elasticidad, y su calidad y romper adherencias si las hubiera.

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